por Miriam Bordonaro
Maestría en Ingeniería Ambiental, Alemania
Recuerdo muy bien la primera vez que fui al África. Con algunos amigos ghaneses, viajé por su país usando autobuses locales. En uno de esos viajes, me encontré en un pequeño autobús lleno de personas con sus pertenencias, a través de Acera. Al pasar por un barrio muy pobre, con montañas de basura y mucho plástico, me di cuenta de la importancia de mi trabajo. Soy ingeniera ambiental. La mayoría de las personas no tienen idea de lo que hago pues muchos cristianos estudian medicina o estudios sociales para ayudar directamente a las personas. Lo que tendemos a olvidar es que no sólo las personas, sino también el medio ambiente necesita nuestra ayuda y cuidado.Por eso, la Biblia nos recuerda que “... toda la creación gime a una, ya una está con dolores de parto hasta
ahora” (Romanos 8:22).
¿Por qué es tan importante cuidar la naturaleza? Porque Dios mismo es el primero que nos invita a ocuparnos con la naturaleza, como podemos leer en los siguientes párrafos del libro El Hogar Cristiano, de EG White, págs. 199-200, y 127-128: “Puede llevarlos al jardín y mostrarles los capullos que se abren y los variados matices de las flores. Por tales medios puede inculcarles las lecciones más importantes acerca del Creador, al abrir delante de ellos el gran libro de la naturaleza, donde el amor de Dios se expresa en cada árbol y en cada flor y brizna de hierba. Puede convencer su espíritu de que si Dios se interesa tanto por los árboles y las flores, mayor cuidado tendrá aún por los seres formados a su imagen ... "
“Dios nos ha rodeado del hermoso escenario de la naturaleza para atraer e interesar la mente. Es su propósito que asociemos las glorias de la naturaleza con su carácter. Si estudiamos fielmente el libro de la naturaleza hallaremos que es una fuente fructífera para la contemplación del amor infinito y el poder de Dios ”.
“... toda la creación gime a una, ya una está con dolores de parto hasta ahora” (Romanos 8:22).
¿Cómo podemos nosotros y nuestros hijos cuidar la naturaleza de manera práctica?
- Pasando tiempo en la naturaleza
“La naturaleza ha de ser nuestro gran libro de texto después de la Biblia” –Conducción del Niño, pág. 43.
La naturaleza se nos presenta como algo para estudiar. Para aprender acerca de ella necesitamos pasar tiempo en la naturaleza. Camina en el bosque, cultiva un jardín de vegetales, observa a los pájaros y animales.
“Madres, dejad a los pequeñuelos jugar al aire libre; dejadlos escuchar los cantos de las aves, y aprender del amor de
Dios según se expresa en sus hermosas obras. Enseñadles lecciones sencillas del libro de la naturaleza y de las cosas que los rodean… ”– Conducción del Niño, pág. 32.
Los sábados en la tarde podemos encontrar descanso del estrés causado por la atareada semana, recreándonos en la naturaleza. Tendremos tiempo para meditar, y los niños para calmarse. Recordemos a nuestros hijos que, después de la Biblia, la naturaleza es el segundo libro de Dios. Disfrutemos sentados en una colina observando el paisaje. Tomemos tiempo para escuchar la lluvia y sentir la luz del sol.
- Cultivando un jardín junto con nuestros niños
Sé que no todos somos bendecidos con un terreno donde sea posible hacer crecer un jardín; si no lo tenemos, tratemos al menos de mantener algunas macetas en las cuales podamos hacer crecer algunos vegetales. Cuidemos pequeñas plantas, observemos cada día cómo se desarrolla. El descubrir lo que el agua, el sol y la tierra pueden hacer, con la ayuda de Dios, nos enseñará a ser pacientes con el tiempo de Dios y les dará a los niños la lección tan necesitada de no desperdiciar la comida.
- Dejando la naturaleza como la hemos encontrado
Una buena amiga mía, quien tiene cuatro niños grandes, me contó cómo enseñó a sus hijos a cuidar de los bosques y parques naturales que visitan. "Nadie decía ella debería notar que has estado allí, y no tires nada que hayas traído contigo. Si vives en Europa, trata de no tirar ni la cáscara de una banana, pues no tenemos plantas de banana en Europa; la descomposición de las cáscaras no es la misma que en África o Sudamérica.
Si encuentras basura que otros han tirado, recógela con tus niños, usando guantes, por supuesto. De esta forma ellos aprenderán a respetar el medio ambiente en el que viven. "
- Reduciendo el uso de plástico
Hay solo un país en el que he estado que prohíbe el uso de bolsas plásticas, y ese país está en África: es Ruanda. En el momento que dejas Ruanda y entras a Uganda, se nota la diferencia: en Uganda encuentras bolsas negras de plástico por todos lados.
El plástico es una plaga en nuestro planeta. Cerca de 50 mil millones de botellas de plástico son desechadas cada año, y el plástico tarda en degradarse entre 500 a 1000 años. Se rompe en pequeñas partículas que flotan a través del
océano y pone en peligro la vida marina.
Hay varias cosas que podemos hacer diariamente para reducir el uso de plástico en el hogar:
• Usa bolsas de tela. Incluso, puedes coser la tuya propia en la forma que más le guste a tus hijos. Estas bolsas se pueden usar todos los días, se pueden lavar y no generar basura.
• Usa botellas para agua reutilizables en tus viajes a la naturaleza, escuela y en casa.
• Reducir la basura plástica en casa. Evita el uso de los vasos y platos plásticos de un solo uso. Cuando vas de compras, trata de comprar productos sin empaquetar tanto como puedas.
• Divide la basura producida en casa, bien sea papel, vidrio o plástico. Los niños aprenderán a hacerlo así y continuarán haciéndolo cuando sean adultos.
5. Reciclando
Hoy día muchas personas piensan que todo tiene que ser nuevo. No importa si es un vestido para niña, un juguete o un mueble. Cuando algo se rompe, generalmente ha llegado al fin de su vida. Pero, si es posible, enseña a tus hijos cómo reparar cosas dañadas. Cuando ellos vean que tienen demasiados juguetes, pregúntales candidatos pueden ser donados o vendidos. Ve a tiendas de cosas usadas con tus hijos. Involúcralos en la decoración del hogar con cosas recolectadas durante caminatas o en las montañas o en el bosque.
Recuerdo que cuando era niña, usé mucha ropa usada por otros niños. No me sentí pobre por esto; me sentí bendecida porque no me faltaba nada. Aun ahora, como mujer adulta, intercambio ropa usada con amigos. "Todos decimos: ¿por qué comprar todo nuevo?" Mientras luzca bien y satisfaga la necesidad, estoy feliz de no tener que comprar objetos nuevos.
Las prácticas anteriores nos mantendrán lejos de consumir en exceso, desperdiciar y afectar negativamente a nuestro planeta, y el dinero que así ahorramos puede ser utilizado para ayudar a los necesitados.
por Miriam Bordonaro
Maestría en Ingeniería Ambiental, Alemania
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